La comunidad cristiana, la fraternidad frente a la justicia social y la vida sacramental

VIDA EN COMUNIDAD CRISTIANA, UN RETO EN SIGLO XXI

Primeramente cabe resaltar que las personas hacen la iglesia pero un verdadero Cristiano no cree en la iglesia cree en Dios padre, hijo y espíritu santo.

El mayor reto consiste en ser fiel y leal a la creencia que se profese, al Dios que nos acompaña día a día, ese que nos ayuda y enseña a convivir en comunidad, pero sobre toda las cosas, ese que debe permanecer aun cuando se esté viviendo en un mundo tan globalizado como el de ahora, en donde los teléfonos inteligentes y la internet nos alejan de quienes tenemos cercas y nos acercan a quienes tenemos lejos, es por ello, que no se debe dejar de creer en dios, de ser consecuente con él y sobre todo, vivir una vida cristiana a plenitud.

Lastimosamente hoy en día, encontrar un grupo de personas que verdaderamente estén comprometidas a seguir a Cristo parece ser más difícil que encontrar una aguja en un pajar.  El mundo está lleno de iglesias donde se pretende estar en comunión por un par de horas a la semana, y donde te llaman “hermano” porque no se acuerdan de tu nombre.  Estas falsas iglesias han dejado quemados a muchos y han creado un espíritu de incredulidad contra cualquier grupo que intenta hacer las cosas bien. 

 

Jesús enseñó que la manera más concreta de que la gente pueda saber que somos sus discípulos es por medio de nuestro amor el uno por el otro. El mundo podrá creer en Jesús solamente cuando nosotros, los que seguimos a Jesús, estemos en unidad verdadera.

LA HUMANIDAD NUEVA: FRATERNIDAD, JUSTICIA SOCIAL, SOLIDARIDAD, HONESTIDAD Y RESPONSABILIDAD

Vivimos en un mundo donde cada día surgen más distracciones que nos alejan del contacto con otras personas. La mayoría del tiempo preferimos enviar un chat o mensaje que las conversaciones cara a cara, ver la vida de nuestros amigos en las redes sociales antes que preguntarles directamente a ellos como están, inclusive chatear con nuestros estando todos en la misma casa, los niños desde muy pequeños ya están muy apegados a la tecnología en vez de vivir bien cada etapa de su crecimiento, esto no quiere decir que la tecnología sea mala, sino que es importante compartir con quienes nos importan y con las personas en general.

Al hablar de fraternidad nos referimos al  afecto o sentimiento que se tiene entre hermanos o con otras personas, como los amigos. Al ser fraterno podrás brindar ayuda a los demás y te podrán ayudar a ti también. Ante los ojos de Dios todos somos hermanos, aunque piensen diferente a nosotros, por lo que debemos hacer el bien con todas las personas.

La justicia social se relaciona con la fraternidad, por ejemplo: nosotros no quisiéramos que se cometiera una injusticia con uno de nuestros seres queridos, es exactamente lo mismo que debemos pensar al momento de ver que se comete una injusticia con otra persona. Cada persona merece respeto y que se le trate en base a la dignidad humana con la que todos nacemos, o sea, todos somos importantes y es nuestro deber, tanto como cristianos o como practicantes de otra religión, darle un trato justo a los demás y ayudar siempre que podamos a las persona, ya que ayudar es ser solidario y esto junto con la honestidad y responsabilidad, y los demás valores nos hacen ser mejores personas. La honestidad es importante y la responsabilidad va de la mano, ya que al ser honesto nos comportamos y nos expresamos con sinceridad y honradez, respetando los valores de la justicia y la verdad. Ser honestos significa que no vamos a mentir, robar, engañar o hacer trampa, aunque esto nos proporcione un beneficio y es muy importante inculcar esto desde la niñez, es importante tener responsabilidad, esto quiere decir cumplir con nuestros deberes y obligaciones.

Está en nosotros hacer que el mundo sea un lugar mejor, destruir ideas relacionadas a la discriminación, desigualdad, racismo, entre otras. El verdadero cambio empieza y está en nosotros mismos.